Bing Crosby vino a Chantaco cuando yo tenía 13 ó 14 años y tuve la dicha y el privilegio de jugar con él y con mis padres. Jugaba con una inmensa alegría de vivir, cantando "Under the old apple tree" al azar en el campo o luciendo sus palos que eran 5 o 10 cm más largos. Tanto que tenía que llevar una bolsa especial para protegerlos. Curiosamente desapareció en el campo de golf de La Moraleja, a menos de 5Km de mi residencia española, de un infarto tras una muy buena partida de golf. Su mujer, cuando le comunicaron su fallecimiento, preguntó por las circunstancias de su muerte y se alegró de saber que ese día había hecho una buena puntuación. Hay gente a la que le gustaría vivir para siempre.